miércoles, 14 de mayo de 2014

La vida en la Tierra

La vida en la tierra

La vida en la tierra surgió en el mar.


¿La tierra que conocemos ha sido siempre igual?¿Cómo y cuándo comenzó la vida en la Tierra? ¿Qué teorías se han desarrollado para intentar explicar un fenómeno tan fascinante?


La Tierra se formó hace aproximadamente 4 mil 500 millones de años. Sus características eran muy diferentes de las actuales: el clima era extremadamente caliente, el agua de los océanos parecía hervir por las elevadas temperaturas y no había ningún ser vivo.

PROBLEMA a  RESOLVER: ¿Por qué Tuvo que pasar mucho tiempo para que surgieran los primeros seres vivos?.
 Los primeros organismos eran muy sencillos, parecidos a las bacterias actuales y a partir de ellos, en un largo proceso llamado evolución, se fueron desarrollando seres cada vez más complejos.Si la historia completa de la Tierra estuviera escrita en un libro, se necesitaría una obra de 4 mil páginas, donde sólo la última correspondería al ser humano desde su aparición en el planeta, hasta el día de hoy; las restantes 3 mil 999 páginas equivaldrían a la historia completa de la Tierra.Por ello, lo que se sabe con respecto al origen y cambio del planeta es muy poco, pero suficiente para apreciar que cada planta o animal actual, tiene una larga historia y que para llegar a ser lo que son, han tenido que pasar por un largo camino evolutivo.
La Tierra está rodeada por una capa de gases llamada atmósfera; la parte baja de la atmósfera que es la más cercana a la superficie terrestre, se llama biosfera (del prefijo bio,que significa vida) y es en ella donde se desarrolla la vida.
La biosfera tiene una altura aproximada de 20 km y abarca desde la cima de las montañas más altas, hasta las más grandes profundidades del mar. Es en ella donde se desarrollan los ecosistemas naturales y los artificiales, donde se encuentran las comunidades donde habita el ser humano.
Al conocer la biosfera, se observan fácilmente los contrastes tan grandes que existen de una zona a otra. Así, hay zonas extremadamente frías, cubiertas siempre de hielo, con temperaturas de hasta –60º C, y otras tan calientes que sobrepasan los 50º C.
Así como existen diferencias notables entre el tamaño de una montaña comparada con otra, o de un país con otro, en los seres vivos también se presentan diferencias relacionadas con su estructura, funciones o hábitos.
Las particularidades de cada organismo han permitido a los científicos agruparlos en distintas categorías. La categoría más general es la de los reinos vivos: monera, protista, fungi, plantalia y animalia.
Si se comparan dos organismos del mismo reino, por ejemplo, un perico con una araña, se observa que aunque ambos son animales, cada uno tiene características que lo colocan en categorías distintas: aves y arácnidos, respectivamente.
Si se quisiera estudiar a las arañas, se llegaría a la conclusión de que existe una gran variedad de animales de este tipo, lo cual llevaría nuevamente a separarlas en grupos más pequeños.
Así pues, estudiar a los organismos para colocarlos en el grupo que les corresponde es muy complicado, por ello los científicos no pueden limitarse a estudiar características simples como el color y tamaño, porque podría haber organismos que, aunque tuvieran el mismo color, no pertenecerían siquiera al mismo reino.
Entonces, es necesario estudiar detalles cada vez más particulares, como la estructura interna de los organismos.
Por ello, y movido por su curiosidad e interés por conocer mejor a los seres vivos que le rodean, el ser humano ha inventado instrumentos y aparatos que le han permitido observar esos detalles íntimos de los organismos, no sólo para agruparlos en la categoría que les corresponde, sino para saber cómo se relacionan con él mismo, qué beneficios le otorgan o qué daños le pueden causar.
Uno de los inventos más notables es el microscopio, pues mostró al ser humano el mundo de lo pequeño, que le era desconocido.


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